domingo, 26 de mayo de 2013

EGUN ON MAITIE

Nada ni nadie me retendrá nunca más. Nadie me pegará o me hará sufrir nunca más. Nadie me dejará nunca más de lado a la hora de la verdad. Nadie ¿me oyes? Soy libre. Respiro sin dificultad, me siento más viva que nunca; y lo más gracioso de todo esto es que... no lo podrán hacer porque ya estoy muerta. Triste, pensarán algunos; no os equivoquéis, soy más feliz que nunca. Vuelo como una feliz mariposa en plena primavera, sin preocuparme del dolor que una vez me causó toda esa gente.
Miro a mi alrededor,: silencio, un precioso silencio. El silencio que la gente como yo adoramos, aquel que nos libera de nuestra tensión. Me encuentro en un lugar similar a mi habitación pero hay un toque diferente: no hay nada electrónico, ni mi ordenador, ni mi reproductor de música, nada. Solo mi cama y mis queridos libros. Miro dentro de mi "cajón de los recuerdos", vacío. Perfecto, me digo, así no podré sentir la más mínima añoranza por nadie. Me dirijo al pasillo de la que antes era mi antigua casa. No hay nada, ninguna de las fotos de aquellos tiempos en los que era tan feliz. Sonrío. Creo que se debe a algún recuerdo de mi familia y es entonces cuando me doy cuenta del tiempo que llevaba sin sonreír. Voy hacia la cocina aunque sé que me la encontraré vacía y aprovecho para salir al jardín trasero en el que solíamos cenar tan a menudo esas noches de verano y miro al cielo. Miles de estrellas me miran atentas. Parece como si me vigilaran. Vuelvo a sonreír y me dirijo a mi cama. Ha sido un día muy duro.

domingo, 20 de enero de 2013

The truth about love

La verdad sobre el problema más grande de la Tierra es difícil de explicar teniendo en cuenta que nunca ha ocurrido. El enamorarnos de una persona no significa que tengamos una relación (claramente) ni tampoco que vaya a ser el hombre de tu vida-ahora mismo me debéis de estar aplaudiendo por mi inteligencia superior- pero cuando todo esto más te duele es cuando sabes que ese chico, del que todos dicen que hacéis una pareja estupenda, que se nota de lejos que os gustáis y cosas así te devuelve a la realidad de una patada en la boca y te dice que está enamorado de otra.
Maldita realidad, en serio, no podía ser como en un cuento de hadas por una vez, no... Las hadas de las narices han desaparecido de la faz de la tierra. No les echo nada en cara, tendrán miedo de los científicos o así, pero... ¿no pueden ayudarme por una simple vez? Tengo diecisiete años. Necesito un amor de verdad, que no me mienta y que me quiera.
Hadas de pacotilla, venid a mí.