domingo, 26 de mayo de 2013

EGUN ON MAITIE

Nada ni nadie me retendrá nunca más. Nadie me pegará o me hará sufrir nunca más. Nadie me dejará nunca más de lado a la hora de la verdad. Nadie ¿me oyes? Soy libre. Respiro sin dificultad, me siento más viva que nunca; y lo más gracioso de todo esto es que... no lo podrán hacer porque ya estoy muerta. Triste, pensarán algunos; no os equivoquéis, soy más feliz que nunca. Vuelo como una feliz mariposa en plena primavera, sin preocuparme del dolor que una vez me causó toda esa gente.
Miro a mi alrededor,: silencio, un precioso silencio. El silencio que la gente como yo adoramos, aquel que nos libera de nuestra tensión. Me encuentro en un lugar similar a mi habitación pero hay un toque diferente: no hay nada electrónico, ni mi ordenador, ni mi reproductor de música, nada. Solo mi cama y mis queridos libros. Miro dentro de mi "cajón de los recuerdos", vacío. Perfecto, me digo, así no podré sentir la más mínima añoranza por nadie. Me dirijo al pasillo de la que antes era mi antigua casa. No hay nada, ninguna de las fotos de aquellos tiempos en los que era tan feliz. Sonrío. Creo que se debe a algún recuerdo de mi familia y es entonces cuando me doy cuenta del tiempo que llevaba sin sonreír. Voy hacia la cocina aunque sé que me la encontraré vacía y aprovecho para salir al jardín trasero en el que solíamos cenar tan a menudo esas noches de verano y miro al cielo. Miles de estrellas me miran atentas. Parece como si me vigilaran. Vuelvo a sonreír y me dirijo a mi cama. Ha sido un día muy duro.