No pido tanto...

Sólo quiero un abrazo, un simple abrazo; de verdad, de corazón, que venga seguido de un simple "tranquila, estoy aquí", o un simple "te quiero, no lo olvides". Me siento sola, sin amor, olvidada. Quiero que mi príncipe azul venga a rescatarme  de esta pesadilla y que me proteja entre sus fuertes y tranquilizadores brazos.
Es odioso ver como la gente tiene alguien en quien sujetarse al dejarse caer hacia atrás. Yo no tengo a nadie que me inspire confianza alguna; es más, por confiar, no confío ni en mi mejor amigo; pero tengo buena excusa, pues no sé si decirle todo lo que siento dentro de mí, ya que se lo puede decir a cualquiera estando simplemente borracho o enfadado conmigo. Aún no lo ha hecho, pero me gustaría que algún día viéndome triste y con los hombros caídos se me acercara y sin pensar en los que los demás puedan decir, abrazarme y darme unas palabras de cariño y que me haga sonreír...