¡Vaya! Me prometí a mí misma no llorar más, no detenerme a pensar en cosas que me entristezcan, que no me molesten los comentarios de la gente, de no reñir con mis padres, de no enfadarme por nada; pero no lo he conseguido, por lo menos en lo que llevo de año.
La verdad, no me sorprende para nada. Nunca he sabido mantener una promesa que me hago a mí misma. Lo odio, odio ser así me gustaría ser cualquier persona feliz y alegre, sin preocupaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario