lunes, 24 de octubre de 2011

La otra noche soñé que mi abuela moría delante de mí y que yo no podía hacer nada. Sé que algún día esto ocurrirá, pero me odiaría a mí misma si de repente olvidase el número de emergencias (en mi país el 112) como me pasaba en mi sueño.
Esa mala noche comprendí lo muchísimo que le voy a echar de menos, y del poco caso que le hago a veces cuando estoy en su casa. Me he enfadado conmigo misma, no solo por no hacerle caso, sino porque la adoro y me gustaría ser como ella, por encima de todos los problemas que halla podido tener a lo largo de su vida.
Ella me ha cuidado desde que era una enana, y ahora se lo quiero agradecer cocinando con ella, hablando, cotilleando, aprendiendo y pasando un buen rato con ella.
También he admitido por completo que la muerte es un hecho que nos va a llegar a todos. Quiero aprovechar  al máximo mi vida, pero no solo pasándomelo bien con las amigas, también estando a gusto en casa.
                                     

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